Atardeceres con maridajes de vino y música en Consuegra
Los vinos de Bogarve 1915 brillan en una experiencia única entre los molinos de viento de Consuegra.
En ocasiones, un instante puede convertirse en un recuerdo imborrable. Hay paisajes y atardeceres que se graban en la mente para siempre, especialmente cuando el sol se despide en el horizonte manchego, pintando los viñedos con tonos cálidos y melocotón.
Esto es lo que vivieron cientos de personas el pasado sábado 29 de junio, en un evento que dio la bienvenida al verano en Consuegra. Con las tardes extendiéndose en una luz vibrante, las veladas con vino se tornaron en momentos mágicos.
Gracias a la iniciativa del Ayuntamiento de Consuegra, la escena tuvo lugar en el icónico entorno de los molinos de viento y el Castillo medieval, ambos dedicados a la Orden de San Juan.
Maridajes con alma
El corazón del evento lo pusieron los vinos de Bogarve 1915, una bodega familiar y centenaria situada en la cercana localidad de Madridejos. Sus vinos, con Denominación de Origen La Mancha, rinden homenaje a la familia. Como explican en la bodega, «Alma de Vega es nuestra colección más íntima, un tributo a la vida y al amor incondicional…concebido en honor a nuestra madre, una gran maestra»
Vino y música
Los vinos de Bogarve 1915 se complementaron con otros productos de la región como quesos manchegos, almendras y patatas fritas locales. Teresa Mora, responsable de marketing, destacó: «Queríamos dar protagonismo a los productos locales con los que nos sentimos identificados»
Una noche inolvidable
La combinación de vino y música ha capturado el interés este 2024, no solo por parte del Consejo Regulador, que participa activamente en diversos festivales de música, sino también por parte de las bodegas manchegas. Eventos como «Atardeceres con alma» combinan vino, cultura, tradición, gastronomía, noches veraniegas y el rico patrimonio manchego.
El evento culminó con un concierto de Mr Kilombo, que actuó junto a los molinos del cerro Calderico, creando una experiencia memorable para todos los presentes.
Vivir una tarde en Consuegra con buen vino, música y un paisaje de ensueño es una experiencia que queda grabada en el alma, dejando recuerdos que perduran más allá del atardecer.
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